ESTA CARTA PARECE BASTANTE OPORTUNA EN UNOS MOMENTOS EN QUE MUCHAS
PERSONAS PARECEN OLVIDAR EL PASADO EN ARAS DE UN FUTURO MAS QUE INCIERTO. SALUDOS, A.
Supongo
que estaréis enterados de que la hija de Otegui ha pedido
que excarcelen a su padre por las secuelas psicológicas que la
condena de su padre le provoca y por el estado de saludo de su
abuelito paterno. Pues no voy a dar mi opinión sobre el tema, porque el
señor Pepe Álvarez de las Asturias ha escrito una carta a esta
criatura plasmando lo que yo pienso mucho mejor de lo que yo
podría hacerlo:
*Carta a la hija del etarra, Otegui *
"Yo no sé qué te han contado en casa. Ni qué has aprendido en la ikastola. No sé si practicas el mismo odio rabioso que tu padre o crees que es un hombre de paz.
Ignoro tu nombre, no sé si te llamas Leire, Goiatz, Iratxe,
Loiola, Aintza o simplemente Itziar. Así que te llamaré hija
de *Otegui*, que supongo a ti no te resultará ofensivo. Sé que
estás pasando malos momentos por tener a tu padre en la
cárcel y que incluso estás recibiendo apoyo psicológico, según
dicen. A los 14 años, en plena adolescencia, debe ser doblemente
duro. Leo también que tu madre y tu abuelo paterno están
delicados de salud. ¡Vaya por Dios! Parece que la
mala suerte se ha cebado con tu familia.
Tal
vez sea verdad lo de tus secuelas psicológicas. O tal vez no.
Tal vez sea una coincidencia que uno de los hijos de tito
*Joseba* (*Permach*) se encuentre también en tratamiento en el
mismo hospital por la misma razón. O tal vez no.
Permítenos
que dudemos, hija de *Otegui*, porque después de tantos años
entrando y saliendo de la cárcel, entrando y saliendo de Francia y
entrando y saliendo de ETA, que te den las secuelas psicológicas
justo en este momento, cuando se prepara la ofensiva política
de tu /aita/ y su cuadrilla para (re)negociar la
resolución del conflicto y estar en las próximas elecciones
(de ahí la necesidad de salir del trullo), pues se me antoja
cuando menos sospechoso.
Presunto,
digamos. Pero mira, voy a creerme tus secuelas. Echas de menos a
tu /aita/ y la /amatxo/ está malita. Afortunada tú. Porque yo
conozco mucha gente que echa de menos a su padre y sólo le
queda la posibilidad de llevarle flores a su tumba. Y conozco a
muchas madres que llevan años sin dormir,
con fuertes depresiones o síndromes postraumáticos severos; y
que cuando duermen, lo que ven son los restos de sus hijos
desperdigados por un parking tras una explosión asesina. Y conozco
niñas que a tu edad quedaron salvajemente mutiladas para
siempre, sin piernas o sin brazos o sin ojos o, simplemente,
sin ganas de vivir (eso sí que son secuelas, ¿verdad?).
Y otros niños más pequeños que tú que vieron morir a sus
padres a tiros, delante de sus inocentes ojos (eso trauma
mucho, te lo aseguro). Y otros muchos que han quedado
huérfanos, o que han desarrollado enfermedades psicológicas
y físicas, o que han perdido a sus amigos del colegio o a sus
hermanos o a sus abuelos Todos ellos echan de menos a sus
seres queridos y a esa parte de su infancia o adolescencia que
murió con ellos.
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Y de todos esos traumas y
secuelas, hija de *Otegui*, es responsable tu padre. El que
está en la cárcel. El que tanto echas de menos Yo no sé qué te
han contado en casa. Ni qué has aprendido en la ikastola. No sé
si practicas el mismo odio visceral y rabioso que tu padre
hacia los que no piensan como él. No te conozco. A lo mejor le
has rogado, con llanto en los ojos, que deje de ser parte de
la serpiente. O tal vez pienses, como otros, que es un hombre de
paz. Pero me inclino a pensar que no sabes quién es realmente
tu padre. Ni qué es. Pues yo te lo voy a contar..
-Tu
padre es un asesino. Tú aún no habías nacido cuando le llamaban
"el Gordo" y militaba en ETA político militar. A los 20 años ya era
el encargado de vigilar a los empresarios vascos
secuestrables (*Lipperheide*, *Olarra*, nombres que no te
sonarán). Cuando ETA-pm se autodisolvió, integró con otros
"polimilis" el grupo "miliki" que acabó por incorporarse a la
ETA actual. Tu padre fue juzgado por el secuestro de *Javier
Rupérez* y absuelto por falta de pruebas (la víctima no
pudo identificar a los secuestradores porque iban encapuchados).
En
cambio sí fue condenado por el secuestro en 1978 del
empresario *Luis Abaitua*, al que ocultó en una cueva de su
pueblo, Elgoibar. Un año después, integrado en el comando
"Kalimotxo", junto a *José María Estolaza, Luis Alcorta*
y demás gudaris, trató de secuestrar al político *Gabriel
Cisneros* (uno de los padres de la Constitución ), quien
recibió un tiro en la espalda al intentar huir, resultando herido
de gravedad en el estómago y en la pierna izquierda, y
provocándole secuelas (secuelas, hija de *Otegui*) que perduraron
hasta su muerte, en 2007. En el juicio, celebrado en 1990, uno
de los secuestradores (*Marhuenda*) inculpó a tu padre y a
los demás, pero aún así se libraron de la cárcel. En
cambio sí fue condenado a 6 años por el secuestro de
*Abaitua*, de los que cumplió sólo la mitad. Un chollo, ¿no
crees?
-Tu
padre siempre ha sido parte de ETA. Siempre ha seguido
las directrices de ETA. Cuando era militante activo y cuando
se pasó a la política (aprovechando el encarcelamiento de la Mesa
Nacional de Batasuna, en 1997). Cuando pactó con el PNV, EA y
demás abertzales en Lizarra para salvar a una moribunda ETA del
linchamiento social, tras el asesinato de *Miguel Ángel
Blanco*, cuando negoció con Aznar y con Zapatero,
la resolución del conflicto en el falso proceso de paz. Y también
cada vez que enaltece a un compañero gudari y cada vez que
escupe las soflamas de ETA, en *Gara* o en Anoeta. Tu padre ha
sido, es y será una parte importante de la serpiente etarra. Y
como tal es responsable de todos y cada uno de
sus crímenes desde que se integró en ETA, allá por 1977, mucho
antes de que tú nacieras.
Sí,
hija de *Otegui*, tu padre está en su derecho de pedir su
libertad para que tú no sufras, como ha hecho sufrir él a
cientos de niñas de tu edad. La diferencia es que tu padre
eligió ser un terrorista y sus víctimas no. Y que sepamos, aún
no se ha arrepentido de serlo. Por eso, nosotros estamos en
nuestro derecho a pedir que cumpla su condena hasta el último
segundo.
Aunque
sea un pobre consuelo por todas las vidas que ha roto; por todas
las secuelas que ha dejado a su paso. Y por todas las que dejará.
Y para terminar, sólo quería hacerte una pregunta que me inquieta. -¿Realmente
te provoca secuelas psicológicas el hecho de que tu padre esté
en la cárcel durante unos meses y no el hecho de que sea un
asesino terrorista desde hace años?"
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